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lunes, 21 de septiembre de 2009

Mi Primer Maratón

por Tortu



Decidí escribir luego de poner mis pensamientos claros, ya que durante los últimos días y principalmente el domingo de la carrera, los mismos fueron bombardeados por un sinfín de sensaciones totalmente nuevas para mí.-



Tortu en medio de una bandada de Halcones, luciendo el 347



Hace tan solo tres años, la idea loca de mi amigo Lucho quien siempre ha estado en las buenas y las malas, me propuso de hacer un poco de actividad para bajar la panza y esto me llevo a algo impensable en aquel momento; correr mi primera maratón.



Indudablemente mi primer gran desafio fue la Nike del 2007, donde sentí un cúmulo de sensaciones desde el momento que me encontré rodeado de tantos y tan diferentes corredores y sonó la corneta de la largada. La llegada, la medalla y la euforia de sentirme cumplido, me motivaron a anotarme en cuanta carrera surgía y a medida que bajaba los tiempos, me fui encontrando mejor y más carreras quería.



En el 2008 me impuse el desafío de correr algo más y surgieron en Atlántida mis primeros 16. Me sentí cansado pero cómodo con mi cuerpo. Allí descubrí que nuestra mente siempre esta sobre nosotros, ya que cuando pase los primeros trece, que era lo máximo que había corrido, la carrera se me hizo más difícil. De allí en más sabía que si superaba esa barrera mental superaría mayores kilometrajes.



Luego comenzaron los viajes con Lucho a Florida, dos San Fernando, dos San Antonio y todas con un grupo de corredores llamados los Halcones, que al menos yo que lo veía de afuera me daba una sana envidia poder algún dia integrarlo.



Soy un convencido que todo se da en la vida de manera natural, en determinadas situaciones no se puede presionar, y lo que anhelaba se dio y pasé a formar parte de HALCONES. Un gran grupo de amigos que nos hemos llegado a conocer y compartir momentos únicos.



Ser Halcón es sentirse orgulloso de serlo y de integrar un grupo que te alienta, te apoya y por sobre todo te hace sentir como pieza de una maquina compacta y única.



Debo a halcones y su fuerza haberme decidido a realizar mi primer media en punta, que para mi fue inolvidable ya que me acompaño Gonzalo mi hijo mayor en bici todo el trayecto, así como los últimos metros corrieron a mi lado Nicolas y Rossina los dos más chicos, que con los gritos bullangueros de todo el equipo, pasé la meta para abrazarme con Fer mi señora quien siempre estuvo para apoyarme como mi amiga y compañera en mis locuras. En aquel momento me
acuerdo que Trukero me dijo que estaba para la maratón, a lo que solamente sonreí y me dije interiormente esta loco.



El proyecto Cruce de los Andes me maravillo desde aquella reunión de equipo y en el momento en que se tiró en la mesa la idea de ir, me puse como meta hacer mi primera maratón como primer paso hacia ese objetivo.



Conocidos me tildaron de que estaba loco, de que no iba a llegar y muchas más, solo con el apoyo de mi familia y del grupo me hicieron sentir que ya nada me detendría. Siempre me dije que lo que uno quiere tiene que luchar para conseguirlo.



Tres meses antes de la fecha señalada para mi primera Maratón, comencé medianamente a prepararme escuchando a los más experientes sus consejos que para quien es amateur son diría que un libro que tenes que consultar.



No me olvido de Dani, Carlitos, Magic, Pollito, Nachito, Truquero, Luis y Anita, todos con visiones y consejos diferentes de mucha ayuda, aunque tal vez lo único que es intransferible es lo que se siente cuando uno cruza la línea de llegada. Algo único y que es imposible trasmitirlo con palabras.



Haciendo una evaluación después de la carrera se que mi preparación fue bastante escasa, ya que a pesar de salir a correr tres veces por semana, alguna de ellas con Lucho, otras con mi hijo Nicolás y las restantes solo, no realice ningún fondo de 30 ni parecido.



Hoy sé que es fundamental hacerlo.



La semana previa de la carrera, no fue para mi muy normal; a los nervios le tuve que sumar temas personales que me impidieron correrla como hubiese deseado. Mi familia no pudo acompañarme y para mi no fue un tema menor. Le agradezco a magic que hablamos el sábado al mediodía y me dijo que me viniera al hotel ese día y no antes de la carrera como había decidido.



Quiero no olvidarme de los mail dándonos fuerza del Loco, de Alvarucho y del Abeja que con sus lesiones no nos pudieron acompañar, de Gabriel, Luis y Carlitos con sus mensajes de texto y de las llamadas del Lucho preocupado de cómo me encontraba para correrla.



El sábado a la tarde me sentía con una ansiedad terrible y a pesar de no demostrarlo, la cena entre todos me provocó una distensión no menor.


A la noche fueron de mucho valor para mí los últimos consejos de Trukero, quien se durmió como un lirón aprovechando su experiencia, cosa que no paso conmigo, ya que me debo haber despertado cien veces.



El desayuno transcurrió entre temores de comer mucho, poco o que nos podría hacer mal, ya que escuche tanto y tan variado que no sabia que sería mejor. Rubito como es él, comió de todo.



Luego las fotos de rigor ante el Hotel y marchamos a la línea de largada. Allí nos encontramos con una eufórica Adriana, Dodi y toda la flia del Fatti y Beto.



Pollito ya se encontraba con nuestra famosa peluca verde e increíblemente en
bicicleta después de la venida desde Mdeo en ella el dia antes. El nerviosismo flotaba en el aire, Jorge, Fatty, Rubito, Gucci, Maria, Beto y yo debutábamos , secundados por la experiencia aunque tambien nerviosa de Ana, Trukero, Dani y Nachito.



Dani nos reunió a todos en un abrazo y con una arenga final y al grito de “nunca un Halcón abandono” secundado por gritos de aliento y abrazos nos hicieron salir cargados de toda la energía.



Yo desde que salí me pegué a Anita al igual que Maria, Gucci y Jorge el “flaco” Dovat. El paso fue constante y Gucci quien se encontraba más confiado con su paso se nos despegó luego de algunos kilómetros.

Anteriormente a esto Rubito, Fatty, Beto , Nachito y Trukero picaron en punta
y les perdimos de vista.

El primer puesto de hidratación, el kilometraje exacto para mandarnos el primer gel, el paso constante llevado impecable por Anita hacia que mi cuerpo marchara como un reloj. Me sentía increíblemente bien en todo sentido.


En el kilómetro 13 y medio al llegar al puente de la barra vimos a Adriana y Carina en las bici quienes nos saludaban y alentaban al grito de ¡¡¡Halcones, Halcones!!!



Nos cruzamos con nuestros compañeros que venían adelante y fue lindo darnos fuerza mutuamente lo que me dio un aire suplementario y seguí a un paso constante hasta el Km. 18 después del puesto de las frutas donde tuve que pasar por los arbustos a realizar una parada que no podía mandar a nadie.


Como me costo alcanzar al grupo, allí me encontré con Romerito de los Rojos quien traía montado todo un dispositivo de audio con parlantes incluidos. El paso para llegar a nuestra pacers fue mucho más largo, lo que para mí creo que fue un gran error, ya que deje el paso constante con el cual venia.



Por el 21 y con un tiempo de 2.04 decidí arreglarme el calzado, ya que por atarme demasiado los cordones me estaban haciendo una ampolla sobre el empeine y venia ya durante varios kilómetros con una molestia importante. Mi error fue parar en seco y agacharme, sentí enseguida un tirón seguido por un calambre en la pierna izquierda que me tiro al piso y no me dejaba mover. Fue una sensación muy fea, ya que pensé enseguida que se me terminaba la
carrera.



Estire un poco y decidí caminar rengueando, lo cual me agradezco a mi mismo, ya que después de aproximadamente 2 kilómetros empecé a correr sintiendo que las piernas otra vez me respondían, no sin dolor. Estoy seguro que lo que me salvo fue que nunca pensé en abandonar.



De la nada apareció Carina en la bici y me asistió con un analgésico y algo de agua, a lo que le pedí que siguiera adelante.



Como el agua no fue mucha el analgésico me quedo atracado en la garganta a lo que tuve la mala idea de bajarlo con gel y no es menor el detalle (sabor tutti fruti y banana), como se imaginaran mi boca era una melaza, pero me salvaron para bajar todo esto unas pasas de uva que llevaba en el bolsillo. Realmente toda una experiencia.



Al levantar la cabeza Adriana con sus ganas y sus gritos contagiosos me cargaron de nuevas baterías y de agua, fundamental para mi experiencia anterior. Pasando el 24 vi. la camio de Magic y el griterío de ¡¡¡¡ Tortu Tortu !!!! , ¡¡¡¡dale que se puede !!!!. Allí sentí nuevamente lo que es pertenecer a un EQUIPO



Del 25 en adelante mi carrera no era con mi mente, sino con el dolor de la pierna y se me tradujo en correr 2 y caminar 1. De la cabeza me encontraba perfecto y no sentía ahogo ni ningún otro tipo de dolores.



Es de destacar la buena onda de todos los puestos de hidratación que te daban fuerza siempre agitando las banderas y dándote para adelante. No me olvido de las Saladas, los Rojos, la gente del Olimpia. Todos me ayudaron para que los Km. se hicieran más cortos.


Por el 27 me tome el gusto de aferrarme a mis afectos y una llamada que hice por el celu me los trajo a mi lado ya que hablé con mi familia y sentí que estaban conmigo.



Cada Kilómetro que avanzaba me decía a mi mismo (te falta menos, ya estas llegando). Sentía un poco de impotencia, ya que me sentía muy bien y así se lo decía a Adriana quien estuvo a mi lado apoyándome como mi Pepe Grillo o mi conciencia , lo que me dolía era la pierna.



Creo que los Km. más difíciles fueron del 34 al 37, tan fáciles de escribir, pero tan complicados hacerlos rengueando.



Ya en la entrada de Maldonado, me cruce con un Supersónico, quien me contaba que esa era su 14 maratón y que todas eran diferentes, ya que venia bastante pasado en sus tiempos; me dije entonces no voy tan mal.



Llegando al 38 me quise pegar al pacer de los 4.30 y corrí junto a el hasta el 39, pero de nuevo el dolor me dejo parado o lo que pensé que faltando tan poco no valía la pena arriesgarlo todo.



Luego el repecho final y al finalizarlo apareció Magic como acompañante a lo que otra vez recibí una inyección de energía. Quedaban dos kilómetros y 196 metros que no voy a olvidar así nomás.



Al aliento constante se fueron sumando los gritos de ¡¡¡¡Tortu Tortu !!!!, los pensamientos de las personas que quiero y los metros que faltabas se sucedían y mezclaban en mi cabeza.


La recta que terminaba en una cinta, luego a la derecha 50 metros, luego a la izquierda otros 30 y la recta final viendo el arco de llegada. A mi izquierda veía una mancha verde que gritaba y alentaba moviendo brazos y banderas. Esa mancha verde que se iba transformando en rostros visibles quienes fueron el motor de apoyo para que me embarcara en esta locura. Un grupo impresionante con todas las letras al que uno se siente orgulloso de pertenecer. En esa mancha verde aparecían en mi cabeza también rostros de compañeros que no estaban en presencia, pero si en mis pensamientos.



Gucci me tiró la bandera uruguaya y ya no quedaba nada, diez metros, cinco, dos, nada.



En el momento que pase el arco me sentí contento y triste al mismo tiempo, ya que me invadió la angustia de no ver a Rossina, Nicolás, Gonza y Fer, quienes sin la fuerza y sin su paciencia no hubiese llegado.



En ese momento pensé también “en la próxima estarán” Así soy yo, el maratón me reafirmo algo que yo ya sentía y hoy lo creo más que nada y es que para sentirme realizado plenamente necesito de mis afectos por sobre todas las cosas.



Con mi corazón agradezco a todas las personas que me posibilitaron sentir algo único, con su apoyo, amistad, fuerza, cariño y amor. Esta meta esta cumplida, vaya a saber Dios cual será la próxima.

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